Déjame leer tu mente para estar segura de regalarme a tus brazos y confirmar de que tus pensamientos son igual a los mios y saber que a tu lado podré descansar
Dime que ellos desaparecerán cuando comiences a narrarme tus historias
Dime que nuestras sonrisas son verdaderas y que esto es sólo parte de mi imaginación
El vértigo se hace cada vez más potente y la caída desde las alturas es igual a volar,
ellos no entienden que los pétalos caen conmigo, que se quieren mezclar con las nubes, con las aves, con la naturaleza.
Yo seguiré siendo la misma, tú seguirás siendo el mismo, nada se irá ya que quedará tatuado en la piel; tatuado para acariciarlo, para disfrutarlo, para contemplar.
El camino cambiará, será más mágico que el anterior y al final sólo habrán lágrimas de alegrías; sí, porque he soñado con eso, quiero esta realidad, mi realidad de dulces bailes en los bosques.
Sí, tengo miedo, terror de que todas las palabras de ellos se cumplan, de que arrepentirme de esto, de encontrar tu frialdad en tu rostro, de terminar en el mar una noche de tormenta.
Quiero ser valiente y dejar que las sensaciones decidan, que el olor a rosa hable y que el fuego tome una decisión. Quiero estar segura al decir que quiero estar aquí, estar firme al sonrojarme después de tu mirada, olvidarme de los discursos que torturan.
Esto no es pecado, es vivir. Ya estoy donde ustedes querían que estuviera, ahora me toca decir que estoy donde soñé estar.
Esto es volver a oír el piano tocar, mientras
mis brazos dibujan en el aire y
el cuerpo se cree pluma.