No necesito ver tu rostro

veo tus ojos

no necesito tocar tu piel

a ti estoy abrazada

Yo aire, atmósfera en el cielo

la luna, tu compañera

eres naturaleza

Desvanecerse en el sudor

en los besos, en la noche

Desvanecerse caer líquida

húmeda, olor a hierba

en tus hombros

Brazos largos, una burbuja

y tú en vientre, espalda, piernas

una burbuja

La estrella fugaz escondida

divertida

y nosotros en hermoso llanto

Aún abrazados

Gritos pacíficos

Beber, morder, gritar

en silencio es todo

Tu mano, tus ojo,

tu macho

un susurro es todo

Rasguño, dolor, amor

lo confundimos,

lo mezclamos

y nos gustó, sonreímos.

Desesperación

te amé.

Verosimilitud ... cuando se liberen las repeticiones de los antepasados,

Verdad... cuando cree mi propio lenguaje

Me hice pequeña y luego gigante... llegué a
ser como una flor y luego una cabeza mutante.

¡Desperté!

será hasta contar tres... fue hasta contar hasta mil más uno, más dos

será hasta contar tres... mis ojos sumisos clavados en tus ardientes cristales

será hasta tres... uno, dos y tres

el aire no llega y mi lágrima pregunta por qué...

(no se lo deseo a nadie)

Niebla

Lágrimas

Gota, mi gota, mi cristal

el reflejo, en el mar, en el lago, en las olas

un silencio, un gemido y una gota

El rostro puro, blando, suave

huye con la mente en paz, en ceguera, en descanso

amargura extinguida, dicha en el cielo, claro, entre nubes

Escurrir los cristales en la piel

desde pupilas hasta labios

gotas en los pétalos, suave pétalo en las gotas

Aguas encantadas, ni palabras, ni pensamientos

solo la mirada infinita, fija, sonriente

de la lluvia a la aurora

Colores claros, canto de las aves

Un mes y más

Un mes y más

nuestros labios cerrados

sin sonidos, desconocidos

Un mes y más

ojos en llamas, ojos

agachar la mirada

extrañar el cálido viento

hoy, un ser desconocido

Toma mi mano

grité, perdóname

gritaste, te perdono

te perdono ... yo te perdono

manos cerradas

Mira los ojos que gritan

acariciar tus manos

correr al paraíso, pasado

Te quedas en las llamas

asustas, pena

no puedo mirar los ojos

los labios cerrados

Mi boca ... incolora,

sin versos, un pizca de ilusión

Temor, manos rojas se reflejan

furia, quemadura

un mes y más

Que sigan su camino

el camino que cruzaste

que amaste. disfrutaste

fuiste feliz

Desaparecieron ¿los extrañas?

Sí, y siguen los caminos

los caminos de ellos

lejos, lejos

No amarres el recuerdo

sonríe al ayer, ellos

caminan su sendero

tú caminas en el mar

Fuiste de ellos, ellos tuyo

hoy somos el mundo

el destino no sabe

cruzaremos los caminos

las aves felices

para ser aire

Solo quiero que te sientas hermoso

y sentirme hermosa a la vez... eso es lo que busco

Aún sigo con la duda

y aún no me lo explicaré...

Será hasta la eternidad,

será hasta amarme

será hasta entender que

comprender no sirve de nada.

Cielo, cielo llueve
Para yo poder llover contigo.
Déjame ser nube
Y extender mis manos en el cielo.

Cielo ¿por qué no llueves?
Como este día gris
Déjame ser neblina y
No tener penas, alegrías, rabias.

Cielo, llueve para
Yo poder llover contigo
Y desaparecer de las manos
Que con llanto se lavan.

Cielo ¡Oh cielo, llueve!
Para yo poder llover contigo
Y rugir como el mar sobre
La cordillera y la paz.

Cielo ¿por qué no llueves conmigo?
Y yo ser cristalina, sin forma
Ser la nada, ser como
Este día sin crepúsculo, sin amanecer

¡Oh Cielo! Cielo, llueve
Para yo poder llover contigo,
Y que mis gemidos sean
La bella melodía que acompañan tus aguas.

Cielo, déjame ser nube,
soltar el ahogo de mi pecho
soltar la tempestad
soltar el agujero que atrapa
mi ser, mis colores, mis canciones.

Déjame ser gris
Porque eso soy, soy tu
Nube de lluvia, de truenos
Que quiere ser luego
Aire puro, aire respirable
Aire sin presión, sin desesperación.

Ríos desde el cielo
Lograr la catarsis
Lograr liberar mis sentidos
Para llegar a ser lluvia de nada
Ser fénix y renacer.

Mirada sin ojos

Una nebulosa

un suspiro sin destinatario

una nebulosa, una nebulosa

en los ojos, en el pensamiento.

Ojos cerrados, lágrimas de neblina

cristales sin sentido, cristales abstracto.

Una nebulosa, una nebulosa en los ojos

se parpadea, se mira sin mirar.

Una nebulosa, son ojos cerrados

sin sueños, sin camino, sin caminar

andar por andar.

Una nebulosa, niebla en los sentidos

no saber sabiendo.

Nadar sin mover los brazos, hablar sin voz

caminar estando sentado.

Una nueva Valentina en mi vida.

corro, corro por tomar tu alma, ser una esencia
corro, corro por tomar tu alma, desaparecer en lo más alto
corro, por tomar tu alma y no volar ¿por qué volar si quiero llegar a la profundidad?
corro, corro en el blanco y nebuloso lugar
No quiero volar, quiero oler la tierra, quiero sentir lo que está frente a mis ojos, quiero besar la cordillera, besar la claridad, acariciar la hierba, acariciar el aroma de las rosas.

Una duda

Una duda, la duda

Una duda que en el bullicio

De las calles canta con claridad

La duda que juega en tus raíces

Juega en mi futuro

Duda, pregunta, vacilación

Entre las caminatas, entre tus mañanas

Más allá de la inseguridad, más allá

De una simple curiosidad

Misterio de un nacimiento

Secreto de mis sueños

Que corriendo en un rubor pide

Palabras, poder, un minuto de suspiro.

Mente, un discurso

Mente, razonamiento, lógica, deducción

Desatar el argumento

El clímax dramático callar

Sin vida la incertidumbre dejar

Simplemente dejar de pensar.

Nacer nuevamente, crecer otra vez

Sentir por vez primera

Ignorar lo ignorado

Desconocer lo desconocido

Percibir y no analizar.

La duda, mente ardiente

Fluctuación de cafeína

La duda no conoce pasado

Una fría duda, disfraz de vida

La duda palabras busca

Poder, control, un segundo de suspiro.

Libertad en tus pies

Libertad en mis pensamientos

Libertad en el que decir

Libertad en el que callar.

Son sombras, son sombras de colores, es un techo nebuloso, es una manta que nos cubre...
Nadie es testigo de lo felices que somos.

La Reina Blanca

Y los humos de colores los daba ella. Y los dulces que regulaban el tiempo los regalaba ella. Y los fantasmas de animales los traía ella. Y la música que nunca se escuchó la tocaba ella. Y las paredes jugaban ante los ojos, sólo porque ella quería distorsionar las cosas por un largo rato... un precario momento.
Tiempo, qué era eso si ella tenía el control de la casa, del cielo, de las sillas, de las conversaciones; era el tiempo el que no existía, era el tiempo algo pausado y ágil, era el tiempo el que me hacía ver lo que ella quería que viera.
La conversación se hacía cada vez más indirecta o eso era lo que ella quería que imaginara; como si la Reina Blanca no supiera lo extraña que me sentía, lo incómoda y paranoica que estaba en esa situación, sí, ella sólo reía de mi rostro de mi verde, amarillo rostro.
¿Quién era? ah sí, Rocío que una y otra vez me preguntaba si los humos eran buenos, si las burbujas cantaban y si yo las disfrutaba... ¡Definitivamente no! entiendan que no me sentía bien.
-Con permiso, voy al baño- y seguían como si nada, como si sus caras hablaran de lo cotidiano de la vida.
Tras cerrar la puerta me senté en el inodoro por un momento. Esto no podía seguir, la Reina Blanca no me podía ganar (si usted la escuchara reír en el pasillo que conectaba la salida con el comedor). Me lavé la cara más de cincuenta veces y todavía seguía en sus manos, sólo quedó mirar mi reflejo por un momento. El espejo era grande y lucía la amplia habitación, era un espejo que reflejaban los dos brillantes cristales que relucían la pintura que imitaba mi rostro, la dama del cuadro se ruborizaba y sonreí dulcemente, y no paraba de lucir sus hermosos labios mientras el fondo de la sala no era nada. ¿Ya habían pasado varios minutos? en ese momento no tenía sentido preguntar por aquello.
Sólo quedaba seguirle la corriente a este tsunami que me atormentaba.
Era agua, era una laguna que tomaba mi cara, un charco que tenía ojos, labios, era un espejo de la nada. Mis dedos trataron de tocar mi rostro en la pintura, pero se esfumaba con el movimiento de las olas que generó el roce.
“Me está atrapando”; decidí unirme nuevamente al grupo de humanos que seguían su cháchara sin sentido.
“Dónde está Alex” pensaba una y otra vez, hasta que apareció y se sentó a mi lado.
La conversación era difusa, más bien, para mí lo era; notaba los rostros de todos, unos reían, otros como si nada y yo aterrada. Alex me tomaba la mano y me la besaba de vez en cuando mientras sus ojos brillosos me decían que no sucedía nada… ¿¡Nada!? De nuevo la paranoia. Era yo y esa gigante fotografía que anunciaba una reunión social entre botellas y música.
Qué más daba, si usted hubiera sido una marioneta de La Reina Blanca entendería que no quedaba otra que dejar que las cosas continuaran su curso, Alex lo sabía perfectamente ya que me lo decía y me lo volvía a repetir con su hermosa sonrisa (esa exquisita sonrisa que me embobaba). Y sólo era tomar té, sólo era ir a una fiesta con Alex, sólo era no conocer a nadie ahí ¿entienden por qué existe paranoia?
Un susurro eran las voces de los demás, y la risa de La Reina Blanca aumentaba mientras corría por toda la casa (tan infantil y tan manipuladora que era), quizás lo mejor era esperar que acabara todo esto mirando el rostro de Alex. Sí, era tan adorable, su piel suave como para dormir en él, su sonrisa reflejaba ternura y despreocupación, siempre soñaba que mis manos jugaban con esa cabellera café; ay, si me encanta Alex, sus palabras, sus manos, su simpatía (qué patética).
Se interrumpió mi exagerado discurso sobre el hombre que se sentaba a mi lado con un hermoso animal de blanco y amarillo color, un gato. Misterio animal de una belleza innata, independiente, sensual y que tiene un mes completo para ellos, ese animal subía y bajaba por mi pierna derecha, al principio no sabía que era, sólo sentía sus pequeñas patas caminar por mi piel, hasta que mis manos comenzaron a acariciar su cola que, al contacto con mis dedos, se erguía con un movimiento que reflejaba placer y erotismo. Qué tierno gato. Yo sentada y el animal con su juego de subir y bajar hasta que se posó en mis piernas pidiendo cariño y más cariño ronroneando con exigencia (éste es el momento donde conecto mis neuronas y comienzo a tenerle miedo al gato que no se quiere bajar de mis piernas). La eternidad y el gato, el animal no se aburría de estar ahí, si era ver una sonrisa ancha que mostraba sus filudos colmillos.
Rocío ahuyentando al gato (y a mí) se acercó, comenzó a hablarme de nada no sé si para burlarse de mi estado o para escalofriar mi ser; no sé que era peor si el gato que no quería dejar de jugar en mi cuerpo, donde ahora quería escalar por mi hombro, o el pálido y tétrico rostro que lucía Rocío. Dónde estaba Alex necesitaba sentir su abrazo cálido para saber que estaba viva y que no era el mundo de La Reina Blanca, mis venas no quería con sumir la heroína de esa pequeña, pero malvada reina (si sólo era una simple niña con título mayor).
-¿Quieres bebida?- con un gesto que afirmaba despedí a Rocío con las ganas de salir corriendo o de dormir (creo que dormir era una buena solución).
Alex, mi querido y bello Alex tomó de mi mano y me dijo “vamos”. Nos dirigimos a las afueras de la casa, mientras caminábamos choqué con La Reina Blanca, ella con sus mirada de niña inocente me sonrió sus labios me susurraron “no vayas”, pero Alex fue más rápido que ella y haciendo como si no la hubiera visto me arrastró a la salida.
El barro del patio no existía, aún seguían los efectos, yo no caminaba flotaba porque nada existía, eso quería ella que nada existiera, que nada fuera controlable, que yo desapareciera.
Estaba, no estaba; ese era el juego. Qué era la realidad, todo lo que estaba ante mis sentidos, es decir, una esencia de colores, eran olores, eran un violín sin sonido, sensaciones que rápidamente se esfumaban.
La tibia mano de Alex me alarmó y me hizo que notara el patio de la casa, que no era un simple patio, si no, un hermoso y pequeño bosque que lo adornaba una calentita fogata, fogata que me recordaba dolor y a la vez protección; dónde estaba la voz de La Reina Blanca, era una abrazo y un beso que me acompañaba, eran amigos, eran conversaciones musicales, era hablar de cosas, era ver rostros rosados por el calor, era reír por algo, era oler los árboles, era crear travesuras, era tener a Alex, era ver las estrellas que acompañaban la noche, era una pintura realista, era tacto, era existir.
(No volveré a pisar esa casa).

Caminos

Lo original ya no existe, lo extravagante tampoco... están todos en el mismo saco, están todo locos, el desquicio es cotidiano, la diferencia se convirtió en ser igual que los demás, en querer entender los símbolos que antes no entendieron... enriquecedor era no entender los dibujo, no entender el idioma, no entender el por qué estamos de cabeza, puro, espontáneo ... me iré a otro lugar a buscar lo "normal" o mejor dicho, a buscar mi mismidad.

todos estamos locos...
- Yo estoy loco; tú también lo estás.
- Y ¿cómo sabes tú si yo estoy loca?- le preguntó Alicia.
- Has de estarlo a la fuerza- le contestó el Gato-, de lo contrario no habrías venido aquí.

[Alicia en el país de las maravillas]

Sólo tengo mis brazos

para ofrecerte un tiempo de paz.

Sobre dos ruedas

Viento, sonido, árboles, autos
Un paseo, paisaje, dos ruedas
Dos ruedas, giros, giros, miradas, paisaje
Velocidad, él sentado, pedales, pedales, pedales
Ella, paseo, paisaje, observando
¿Flotan?... pedales,pedales,giros, giros
Círculos, piel solar, círculos, risas
Volar, flotar, risas, velocidad
Partida... carcajadas de equilibrio
Recorrido, caricias del viento, abrazos, abrazos
Equilibrio, abrazos
Meta... un suspiro, otra vuelta a la manzana
Viento, sonido, árboles, autos
Un paseo, paisaje, dos ruedas...

Buscando camino

Para qué creer en lo que no somos

somos burbujas, soy burbuja

Para qué fingir... ¿Identidad?

Mi identidad en un burbuja,

letras en los diarios, nebulosos

comprensión, ignorancia

Voz de lucha, muda ineptitud

Yo seré... lo que soy

Felicidad, conformismo

desconformismo a las afueras de la burbuja

dentro son ilusiones absurdas

coherencia en este espacio, en este tiempo

contexto... eso es lo que vale.

Tu et je ... notre esprit

Esto es irreal, nosotros somos irreales
tenemos historias, poemas, cuentos
nadie las lee, nadie las escucha.
Somos irreales, somos un sueño... en una bella imaginación.

Mi mente, tu mente. Nuestra mente

Anoche imaginamos...

Lo que miramos deseamos que se aproxime. Recordé varios jueves, recordé viernes, recordé un llanto por no querer lo que yo más quiero. Tú me hablaste, me hablas, me hablarás de futuro, de nuestro futuro; porque es el mismo, es el mismo sueño que tuvimos a noche, entre las sábanas, entre los brazos, entre las almohadas. Imaginaste tus colores que te regalaron los ojos cerrados, me narraste lo que yo también vi en tus labios, me declamaste un romance medieval.
Era una palabra seguida por otra, era una frase en el silencio que no paraba de hablar, era una burbuja; no eramos nada y a la vez eramos todo en la oscuridad, en la luz de la luna, en el susurro del dormir, en el cielo de una habitación.
No existía, pero era real. Nadie veía, nosotros sí lo palpamos. Anoche imaginamos, anoche estuvimos en el mismo sueño, anoche quisimos mejorar, anoche no existió nada más que los dos.

Con los ojos ardiendo...